Una de las políticas anacrónicas de EEUU, quizás la más persistentemente sostenida por el imperio en su virulencia obsesiva contra la valiente isla rebelde, el bloqueo contra Cuba persiste.
El presidente chauvinista Donald Trump renovó, como hacen los gobiernos de turno de EEUU, la "Ley de Comercio con el Enemigo", de 1917, que sostiene este crimen.
Entidades de la paz y personalidades dedicadas a la causa de la justicia rechazan la continuidad de esa infamia, a ser debatida por la Asamblea General de las Naciones Unidas en septiembre.