El pueblo venezolano ha ratificado a través de las urnas el camino que elige para la nación. Ahora resiste a los intentos de un cártel formado por países cuyos gobiernos cumplen los dictados imperialistas de Estados Unidos de deslegitimar los resultados electorales del 20 de mayo, porque el resultado fue una victoria abrumadora para la Revolución Bolivariana, con la reelección del presidente Nicolás Maduro.

Por Socorro Gomes*

Las fuerzas democráticas y populares en el país, en América Latina y en todo el mundo han demostrado su compromiso con la solidaridad con el pueblo venezolano, en defensa de su soberanía.

Aunque casi 200 observadores internacionales hayan atestiguado que las elecciones se llevaron a cabo con transparencia y respeto al derecho de voto de cada venezolano, la injerencia extranjera se está volcando una vez más contra el proceso democrático.

En un comunicado recién publicado, los observadores internacionales presentes durante las elecciones del 20 de mayo repudiamos los preparativos para la interferencia y las declaraciones agresivas del llamado Grupo Lima, que está compuesto inclusive por gobiernos ilegítimos como el nacido de un golpe de Estado en Brasil, el de Michel Temer.

Hemos denunciado una vez más, en el documento, los intentos de desestabilizar a Venezuela, que se han intensificado en el último período a través de una ofensiva masiva, mediática y económica que afecta la vida de todo el pueblo venezolano y infringe abiertamente la soberanía popular y nacional.

Las elecciones se llevaron a cabo en un ambiente pacífico de gran movilización por el derecho a elegir el rumbo que la nación debe seguir. Por esta razón, los observadores internacionales hicimos un llamado para que se respete el derecho de autodeterminación del pueblo venezolano. Este derecho no puede ser relativizado y la práctica de violarlo debe ser rechazada en los términos y acciones más firmes por las fuerzas democráticas en todo el mundo.

Durante la observación, los delegados internacionales pudimos seguir la preparación y auditoría de las elecciones y de las urnas electrónicas, así como los sistemas de seguridad y prevención del fraude. La legitimidad de las elecciones, igualmente, no puede ser refutada, ya que su reto es precisamente la democracia, mientras que el de las fuerzas reaccionarias es el sabotaje a través de medidas antipatrióticas tomadas por las oligarquías, que rechazan el diálogo. Incluso el expresidente estadounidense Jimmy Carter, en 2012, elogió el sistema electoral venezolano. ¡Nadie puede decir que lo hizo por simpatía por la Revolución Bolivariana!

Al igual que en otros países latinoamericanos y europeos y en los EE. UU., la abstención fue alta, pero esto no es lo que deslegitimaría las elecciones. Aquellos que han ejercido su derecho al voto, por otro lado, en un sistema facultativo, lo hicieron con gran compromiso, en un ambiente democrático. Por lo tanto, aunque el "Grupo de Lima" haya declarado, con descarada injerencia, que no reconoce los resultados, varios otros países ya lo han hecho, como China, Rusia, Cuba, Vietnam y Bolivia.

Apostar en la paz y la soberanía

Está claro cuál es el compromiso del gobierno del presidente Nicolás Maduro y su contraste con la agresividad de la injerencia extranjera, que no mide las consecuencias de las estrategias de desestabilización de un país para derrocar a un gobierno popular.

En sus seis líneas, presentadas a la Asamblea Constituyente, Maduro prioriza los esfuerzos para la pacificación de Venezuela. La segunda línea es un acuerdo para la recuperación económica, ya que el país ha estado bajo una fuerte ofensiva internacional, con sanciones y una dura propaganda desestabilizadora.

Además, sus líneas también promueven una nueva ética patriótica y cívica, el fortalecimiento y la ampliación de los logros en el sistema de seguridad y protección social, la defensa del país y de su Constitución, la resistencia a la ofensiva imperialista y, finalmente, el fortalecimiento del curso socialista con características nacionales, en la coyuntura actual.

Apenas unos días después de las elecciones presidenciales, el presidente Maduro mostró su compromiso con el diálogo al invitar al excandidato presidencial Javier Bertucci al Palacio de Miraflores. En las redes sociales, anunció que se inició "una jornada de encuentro por el futuro, por el diálogo profundo y permanente en la búsqueda de las soluciones que necesita Venezuela, con respeto a la Constitución y al país". Maduro reafirmó: " Nuestro camino es la paz, el diálogo, la concertación, el acuerdo nacional para el avance hacia la prosperidad del país".

También es evidente que los venezolanos optan y defienden un proceso que puede profundizar la democracia popular y el progreso social anhelado por los pueblos de toda la región. Por otro lado, los medios de comunicación monopolistas presentan al gobierno como una dictadura y el país como ahogado en el caos social, económico y político.

Esta no es la perspectiva del pueblo venezolano. Ansioso por superar las dificultades y fortalecer su soberanía, recuperando la economía nacional bajo la ofensiva imperialista, el pueblo apuesta en la democracia para participar en esta construcción. Resistiendo la privación artificial causada por el sabotaje, la población enfrenta dificultades para acceder a ciertos productos, como consecuencia de la guerra económica librada contra toda la nación.

Debemos tener en cuenta la emergencia de la situación y transformar la firme solidaridad en acción, en defensa de la Revolución Bolivariana soberana y democrática. La importancia geoestratégica y geopolítica del país lo ha puesto bajo la mira del imperio estadounidense desde que el Comandante Hugo Chávez llegó al gobierno para lanzar un proceso sin retroceso. Osando construirlo de manera soberana, desafiando con valentía los dictados del imperio y la sumisión enfurecida de las oligarquías nacionales a la agenda estadounidense, con la solidaridad comprometida con otros pueblos de todo el mundo y un esfuerzo por una integración regional solidaria, progresista y soberana, el gobierno venezolano es considerado una amenaza a la imposición de la agenda hegemónica.

Por lo tanto, en la lucha por la paz, la libertad, el progreso social y una integración solidaria y soberana en América Latina y el Caribe, las fuerzas democráticas y populares reafirman su solidaridad con el pueblo venezolano y su lucha.

*Socorro Gomes, presidente del Consejo Mundial de la Paz, formó parte de la delegación de observadores internacionales durante las elecciones presidenciales de Venezuela el 20 de mayo.